Guernica

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lunes, 13 de mayo de 2013

Nacionalidades históricas




 Cuando se hizo la actual Constitución española la presión de vascos y catalanes hizo que se tuviese que dar “café para todos” fabricando un estado autonómico sin base alguna ni histórica ni práctica.

Esta presión consistía en que vascos y catalanes consideran a sus regiones nacionalidades históricas.

¿Qué son las nacionalidades históricas? En España hemos tenido en la historia, después de la invasión romana y visigoda una nación que era la Hispania visigoda que abarcaba toda la Península Ibérica y en África la Tingitania, el actual Marruecos. Tras la invasión árabe nacen los primeros reinos cristianos que pueden considerarse como las primeras nacionalidades históricas. Así nace el reino de Asturias donde los restos huidos al norte de la monarquía visigoda se han refugiado. El reino de Asturias es una nacionalidad histórica.

 En Cantabria y el País Vasco se refugian también miles de hispano-godos que huyen del Islam y que inician la reconquista creando lo que posteriormente se llamaría Castilla. El reino de Castilla es una nacionalidad histórica. No son nacionalidades históricas sus dos componentes originales Cantabria y País Vasco. Para que exista “HISTORIA” ha de haber documentos escritos. Lo anterior a los documentos escritos se denomina pre-historia y cae dentro del mundo de las leyendas.

Los Cantabros sabemos son un pueblo primitivo peninsular sin mayor historia que las referencias romanas al mismo sin que jamás hayan constituido una nacionalidad histórica.

 Los vascos es un pueblo primitivo ibero procedente de la Iberia asiática que siguiendo el curso del Danubio, como demostró por los toponímicos Comenge, se asentó en los Pirineos y norte de España dando nombre al Ebro y a la Península Ibérica pero sin constituir jamás un reino o una nacionalidad ya que no eran otra cosa que tribus de un mismo origen. No tienen historia antes del siglo VIII salvo las referencias que se hacen en la Crónica general de España al relatar las luchas de los reyes visigodos. Su único pasado es leyendas y las leyendas no son historia.

Cataluña nace como frontera del Imperio de Carlomagno con el Islam. Es la “Marca Hispánica”, esto es, es para los franceses la frontera española. Al otro lado de esa frontera para Europa lo que existe es la antigua nación de Hispania.

La supervivencia de la idea de nación española está presente en todos los pueblos y reinos durante la reconquista. Aunque estén divididos en diferentes reinos todos tienen presente que forman parte de una nación que es la nación española. Cuando algún monarca hace recordar a todos esa unidad, se proclama emperador de toda "Hispania" con el asentimiento y sometimiento de los restantes reyes y condes peninsulares. Así cuando el 26 de mayo de 1135 fue coronado Alfonso VII Imperator totius Hispaniae en la catedral de León recibió el homenaje, entre otros, de su cuñado Ramón Berenguer IV conde de Barcelona.

Por el Pirineo central también se han refugiado los españoles huidos de los árabes que poco a poco formarán el reino de Aragón. Los condes aragoneses al extenderse a lo ancho de Pirineo absorben los asentamientos franceses creados por Ludovico Pío naciendo así los primeros condados catalanes. Esos condados al reconquistar las tierras del Islam forman el reino de Aragón. El reino de Aragón es una nacionalidad histórica.

El reino de Castilla, el más poderoso de la Península, conquista otros reinos: el reino de Toledo, el de Jaén, el reino de Córdoba, el de Sevilla, de Murcia y de Granada. Todos ellos integrados en la Corona de Castilla. El reino de Aragón abarca los condados catalanes y juntos catalanes y aragoneses conquistan el reino de Valencia y el reino de Murcia que entregan a Castilla por un pacto previo, todos ellos integrados en la Corona de Aragón. Más tarde la Corona de Aragón también poseería los reinos de Nápoles y Sicilia.

Por tanto hablar de nacionalidades históricas en España es ridículo, demuestra una ignorancia supina de la historia y solo puede justificarse por otros motivos bien diferentes y que se han puesto de manifiesto al ver como los dirigentes de las actuales autonomías solo persiguen la finalidad de los sublevados en Cartagena el siglo XIX.

En resumen, las leyes viejas al igual que las nacionalidades históricas son simplemente coartadas que utilizan políticos desaprensivos y partidos políticos para saquear la pobre nación española.

Si cuando hablamos de “estamento noble” con sus privilegios sustituimos esas dos palabras por “partido político” vemos que hoy el estamento noble sigue vivo y muy vivo con una nueva denominación  que es el de partido político. Veámoslo:

Los nobles no pagaban impuestos. Hoy los políticos pagan lo que quieran pagar pues no son objeto de investigación sus declaraciones fiscales por la Inspección de Hacienda al existir una circular interna del Ministerio de Hacienda prohibiendo inspeccionar a la clase política. Esta ventaja se extiende también a sus familiares. Así el hermano de un conocido político tuvo un enriquecimiento sin justificación alguna y a la Inspección de Hacienda de su localidad no se le permitió actuar hasta que el individuo  hizo una declaración complementaria regularizando su situación con lo que no pudo ser sancionado.

 Hoy día son bien conocidos los enormes patrimonios que han conseguido muchos políticos, que son incrementos de patrimonio no justificados y que no son investigados por la Inspección de Hacienda. Antes los inspectores de Hacienda tenían autonomía y poder jurídico para someter a inspección cualquier hecho y a cualquier persona sobre los que hubiera indicios racionales de defraudación. Hoy la Inspección de Hacienda solo puede inspeccionar lo que le permiten sus superiores nombrados por los políticos.

La ética que supuso la supresión del estamento noble y la igualación de todos los españoles ante la ley ha sido suprimida de hecho. Hoy se proclama hipócritamente la igualdad de los españoles y el hecho cierto es que nunca ha habido unas clases sociales tan cerradas e inaccesibles y con tan grandes desigualdades.

Otro privilegio del estamento noble era el que los cargos públicos había que nombrarlos de entre miembros de dicho estamento. Al suprimirse el estamento noble y ser los españoles iguales en sus oportunidades se dio un avance grande a la ética y este avance se plasmó en la creación de las oposiciones en donde era el mérito lo que decidía el nombramiento y no su origen o sangre de nacimiento.

Hoy vemos que la clase política se ha lanzado sobre los empleos públicos con voracidad y con el carné del partido en la boca se consiguen empleos públicos mejor remunerados y más rápidamente que teniendo que opositar.

Los miembros el estamento noble no entraban en los sorteos a quintas para servir al rey.

Cuando se estableció el servicio militar obligatorio fue un avance de la ética. Todos los españoles tenían la misma obligación de formarse para la defensa de la Patria, pero esto molestaba profundamente a los políticos que no pararon hasta conseguir que el ejército fuese solo de mercenarios y así solo irían a defensa los pobres que no tuviesen otro medio de vida. Desde luego no conozco a ningún político que haya pasado por el ejército.

En resumen, de nada sirvió suprimir la sociedad estamental pues la picaresca nacional ha sustituido a los nobles por unos nuevos nobles que son la clase política, clase social cerrada como la que más, sin posibilidad para los ciudadanos de elegir a los mandatarios al tener listas cerradas, amparados unos en sus leyes viejas para así manejar lo recaudado en su región, otros en su nacionalidad con idéntico fin a los anteriores y todos ellos con un solo fin que es manejar a su libre albedrío los caudales públicos.

Ver: Leyes viejas: Pérdida de la identidad española
        Leyes viejas: Peligro del separatismo 
         

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